El reloj marca las mismas horas para todos. 24 horas durante cada día. Pero no todo el mundo sabe sacarles el mismo partido; hay personas que son capaces de aprovechar al máximo ese tiempo y otras que sienten que, cuando termina la jornada, no han hecho nada productivo. La gestión del tiempo en el estudio es fundamental para obtener un adecuado rendimiento durante tu etapa formativa. Hoy te vamos a contar por qué es tan importante y conocerás algunas formas de hacerlo bien.
La cierta libertad de la que dispone un estudiante a la hora de planificar su jornada puede convertirse en un arma de doble filo. Por eso, la planificación del estudio es imprescindible para poder aprovechar bien cada hora y conseguir una mayor productividad. Existe una regla que es la de los tres 8, que dice que el día debe dividirse en 8 horas para trabajar, 8 horas para dormir y 8 horas para el tiempo libre. ¿Lo ves viable? Sería lo ideal pero es complicado encontrar este equilibrio.
La organización de tu tiempo de estudio es una de las mayores responsabilidades que tienes como estudiante. A veces no es cuestión solamente de hacerlo bien sino de eliminar ciertos hábitos nocivos para tu productividad, como puede ser el hecho de estudiar a última hora o de no cumplir con un calendario de tareas.
Ya te lo he dicho muchas veces pero has de tener claro que la planificación y la organización del tiempo son las claves para alcanzar el éxito en tu estudio. Aunque hay más cosas que tienes que tener en cuenta. A continuación analizamos de qué manera puedes gestionar bien tu tiempo para obtener unos buenos resultados. ¿Crees que lo estás haciendo bien? ¡Vamos a comprobarlo!
Consejos para realizar una correcta gestión del tiempo
- Hazlo en un entorno adecuado, con buena luz natural, una temperatura correcta y tranquilidad. Evita las interrupciones y las distracciones. Recuerda que los ladrones del tiempo están siempre acechando, y de ti depende que se queden tranquilos mientras te sientas delante de tus apuntes.
- Para ello, evita tener cerca y con sonido tu teléfono móvil, y por supuesto nada de consultar tu whatsapp ni tus redes sociales. Mi recomendación es que lo apagues mientras estás estudiando; te aseguro que todo lo que suceda en ese tiempo puede esperar.
- Establece rutinas. Es bueno que empieces a estudiar todos los días a la misma hora, siempre que tus clases te lo permitan, y que eso se convierta en un hábito.
- Proponte unas metas realistas cuando estés diseñando tu planificación y tu horario de estudios. Es importante que traces unos objetivos para encontrar la motivación necesaria para llegar hasta aquello que te has propuesto. Y, sobre todo, cumple con tu plan. De nada sirve tener un bonito y organizado calendario, con todo lo que tienes que memorizar cada día, si cuando termina la jornada te has dejado varias cosas sin hacer.
- Ten a mano el material que vas a necesitar, tanto los libros y los apuntes como los bolígrafos, subrayadores o aquellos elementos que necesites para ponerte a estudiar. Si tienes que estar buscando constantemente perderás la concentración y un tiempo muy valioso.
- Haz pequeños descansos. Pegarte una panzada de horas y horas frente a los apuntes a veces puede resultar contraproducente. Cuando estés planificando tu jornada guarda algo de tiempo para parar, comer algo y recuperar un poco de energía. Reserva algo de tiempo, también, para momentos de ocio y para hacer algo de deporte. Trata de equilibrarlo todo dentro de tu jornada. Se puede.
- Duerme bien. El descanso es imprescindible en tu rendimiento. Si duermes pocas horas al día siguiente tu energía estará bajo mínimos y quizá te cueste más cumplir con el calendario, empezarás a procrastinar y de nada servirá toda la planificación que has elaborado para tu correcta gestión del tiempo de estudio.
Analiza cómo estás gestionando tu tiempo ahora mismo
Ya hemos visto algunos consejos esenciales para organizar tu jornada de estudios, pero has de hacer un primer paso previo: analizar cómo lo estás haciendo en la actualidad.
Observa cuánto tiempo estás dedicando a estudiar y piensa si realmente lo estás aprovechando bien. A veces podemos estar horas frente a los libros pero no significa que sea un tiempo de calidad.
Evalúa en qué momentos del día te sientes con más energía para estudiar. Hay gente que es mucho más productiva a primera hora del día, cuando están frescos y recién levantados, y hay quien se encuentra mucho más activo y decidido cuando acaba la jornada. Esto es importante a la hora de diseñar tu planificación.
Y, finalmente, piensa en qué actitud estás teniendo a la hora de afrontar tu estudio. ¿Estás verdaderamente motivado para cumplir los objetivos que te has marcado? ¿Tienes la energía adecuada y la predisposición para afrontarlo? Reflexiona sobre ello. De una correcta reflexión sabrás obtener esa gestión del tiempo que necesitas en tu estudio.