Estar motivado es imprescindible para avanzar. En los estudios, en el trabajo, en la vida. No hay nada peor que la falta de esa motivación para frenar las ganas, la ilusión y la eficiencia en cualquiera de los ámbitos que enumeramos. En todos.
Una persona motivada es una persona responsable, eficaz, supera las adversidades con entereza y mejora su productividad. La motivación debemos buscarla nosotros mismos, pero también es importante, sobre todo en el campo laboral, que se tengan en consideración acciones encaminadas a mejorar la motivación de los empleados para llegar a conseguir ese ambiente de trabajo que se desea: cómodo, competente, saludable y productivo. Incluso más feliz.
En el trabajo son muchos los aspectos que consiguen aumentar nuestra motivación. El salarial es uno de ellos, pero hay muchos más, como la flexibilidad, las posibilidades de promoción y desarrollo, etc.
Es fundamental, por tanto, que los trabajadores se adecuen al puesto en el que se encuentran llevando a cabo su labor profesional. Además, es necesario que éstos se integren en su equipo de trabajo y en la empresa en general, que tengan sensación de pertenencia y que sepan que lo que hacen es necesario para el correcto desarrollo de la misma.
Asimismo, es muy importante que los objetivos que se tienen que cumplir estén claros, a nivel de equipo y personales, para lograr así esas ganas de superación, de querer alcanzarlos, y de hacerlo de la mejor manera posible. Para motivar, también, se debe recompensar, reconocer el trabajo bien hecho, hay muchas maneras de hacerlo, bien con incentivos económicos, de tiempo, incluso con unas palabras sinceras. A veces, con eso basta.
Buenas condiciones de trabajo (obvio, pero que se olvida en muchas ocasiones), formación y hacerles partícipes de cuál es su labor en la empresa, cómo mejoran los resultados con su esfuerzo, son algunos de los aspectos que también se deben tener en cuenta. Que haya un desarrollo personal y profesional acorde con la realidad y las expectativas de la persona y la empresa.
Enemigos de la motivación laboral
¿Y cuáles son esos enemigos a batir que minan la motivación en el trabajo? Hay varios:
- Inseguridad. Esa sensación de que no sabemos cuánto tiempo estaremos en ese trabajo, de no conocer exactamente que se espera de nosotros…
- Falta de un líder que guíe al equipo, marque el camino y estimule a los trabajadores. O falta de confianza en el que ya existe.
- Ausencia de autoestima y confianza. Si el trabajador no sabe qué objetivo tiene que cumplir y hacia dónde dedicar sus esfuerzos, si no sabe lo importante que es su trabajo para alcanzar esos resultados, si no conoce sus puntos fuertes, es difícil que trabaje motivado.
- Ambiente laboral negativo. Las personas que nos rodean son fuente de desmotivación o motivación, según el caso. Gente tóxica, con falta de compañerismo y de actitud, que no se integran y crean escenas complicadas en el día a día, que no se apoyan unos a otros… Todo eso repercute en una disminución de la motivación. Y grande.
- Ausencia de recompensas. Gracias, por favor, buen trabajo, son palabras que se escuchan poco pero que tienen un efecto altamente positivo. Por supuesto, incentivos económicos, en forma de premios, etc.
- El aburrimiento. Si quieres desmotivar a alguien, está claro: si está aburrido, no rendirá ni tendrá ganas de hacerlo.
